Salmo 78:1-8

Es muy común que como cristianos queramos ser bendecidos hoy. Mucha de la enseñanza de la iglesia contemporánea se basa en prometer todas las bendiciones de Dios aquí y ahora. Producto de este tipo de enseñanzas nos hemos olvidado que vivimos en un contexto. Ese contexto es la historia de la salvación en donde Dios es el protagonista, no nosotros. Ese contexto tiene pasado, presente y futuro. A nosotros nos ha tocado vivir en esta generación, en este tiempo. Pero nuestro contexto es mucho más extenso. A pesar de eso, debido a esa enseñanza del “aquí y ahora para mí” nos hemos vuelto cortoplacistas. Es decir, se nos ha olvidado que existió una generación antes y viene una generación después de nosotros y que nosotros somos responsables de lo que recibirá esa generación.
Mientras la mayoría quiera las bendiciones de Dios “aquí y ahora”, es necesario que se levanten cristianos que pongan manos a la obra y trabajen. Se esfuercen porque la otra generación conozca a Dios y le sirva.
La lectura de estos versículos en el Salmo 78 nos debe animar a dejar a un lado la idea infantil de que somos el centro del universo y nos pongamos a trabajar para que nuestros hijos y nietos conozcan de verdad al Señor y vivan para servirle.
De este pasaje podemos tomar las siguientes enseñanzas:
- Poner atención a lo que ha sucedido a las generaciones que nos han precedido. Si somos sabios y ponemos atención evitaremos cometer los mismos errores que cometieron ellos.
- Debemos tomar la decisión de transmitir las verdades de Dios a la próxima generación. Así como debemos mirar al pasado, también debemos mirar al futuro.
- La transmisión de la Palabra de Dios, de generación a generación, es fundamental para preservar un pueblo para Dios. Debemos entregarnos a transmitir la Palabra de Dios a las siguientes generaciones evitando caer en los errores que han cometido nuestros antepasados. Una generación que no conozca la Palabra de Dios no conocerá a Dios.
- La transmisión de la Palabra de Dios a las siguientes generaciones producen hombres y mujeres creyentes y evita que nuestros descendientes sean obstinados, rebeldes e infieles. Muchas familias lamentan la actitud rebelde de sus hijos, pero esa actitud nace de un corazón que no fue afectado por la palabra de Dios.
Es muy importante que los padres conduzcan a sus hijos a la fe. Esta debe ser siempre la fuente primaria de la instrucción religiosa.
Biblia Plenitud
Así como nuestros padres nos pasaron un recuerdo de sucesos del pasado, nosotros tenemos la obligación de pasar a la generación siguiente un relato de los tratos del Señor con Su pueblo, hablando de Su gracia y Su gobierno.
Comentario Bíblico William MacDonald
La ley de Dios fue dada con un encargo en particular, el de enseñarla diligentemente a sus hijos para que la iglesia permanezca para siempre. También, para que las providencias de Dios, en misericordia y juicio, les dieran ánimo para conformarse a la voluntad de Dios.
Comentario Bíblico Mathew Henry
Dios ordenó que sus leyes y estos hechos poderosos en la historia de Israel se transmitieran de padres a hijos. Esto muestra el propósito y la importancia de la educación religiosa: ayudar a cada generación a obedecer a Dios y a depositar su esperanza en Él. Es importante evitar que los niños repitan los mismos errores que sus antepasados. ¿Qué hace usted para transmitir a la próxima generación la historia de la obra de Dios en el mundo?
Biblia del Diario Vivir
Pastor David Soto Oliva.
Muy bueno!!!