Promesas de Cristo para recordar en medio de la Pandemia

La pandemia del Coronavirus, que ya se extiende por más de un año, en todo el mundo ha puesto en jaque a los gobiernos, que han intentado por muchos medios proteger a su población. Sin embargo debemos reconocer que además de la enfermedad en sí y la crisis que ha significado vivir con la realidad del COVID -19, existe un efecto también importante en el corazón y la mente de las personas. Conocido es que han aumentado los casos de personas que acuden a profesionales de la salud mental y también quienes recurren al uso de medicamentos para mantenerse bien y seguir funcionando.

En ese contexto quiero recordarle tres promesas de Cristo que nos pueden ayudar mucho en estos tiempos de pandemia, pero que también deben ser parte de nuestra realidad diaria, estemos o no en medio de problemas.

La primera promesa se encuentra en el Evangelio de Juan 10:10 en donde el Señor nos declara que Él ha venido a dar

El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante. (Juan 10:10).

            Esta vida plena y abundante es la que se encuentra en Cristo. En la Biblia encontramos muchas promesas que tienen que ver con esta gran revelación del Señor. La tranquilidad, provisión, paz, seguridad, son sólo algunas cosas importantes que se unen a la mayor bendición que existe: estar con Dios, ser Su hijo. No hay mejor manera de mantenerse bien en medio de la crisis que estando con Dios y recibiendo de Su vida. Esta es la vida plena y abundante que Jesús promete.

La segunda promesa tiene que ver con algo imprescindible en nuestros tiempos: paz para la mente y el corazón.

Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. (Juan 14:27).

            Poder vivir y dormir tranquilo, sin sobresaltos, sin preocupaciones sí es posible. Como lo declara el Salmo 4:8, es Dios quien nos hace vivir confiados. Muchas veces esperamos la ausencia de problemas, deudas y preocupaciones para estar tranquilos. Pero la verdad es que la paz en la mente y el corazón es un privilegio de los hijos de Dios.

Por último encontramos la promesa de descanso para el alma.

Luego dijo Jesús: Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana. (Mateo 11:28-30)

No es el descanso en un paraíso tropical el que nos puede dar descanso para el alma. Aunque puede ayudar mucho tomar vacaciones de nuestras labores, la verdad es que el descanso interno, del alma, del corazón, sólo lo puede dar Jesús. Nuestro bienestar interno es obra del Espíritu Santo en nuestro interior.  

            Por lo tanto, ¿es posible estar bien a pesar de todo lo que pueda ocurrir a nuestro alrededor?Sí. Con Cristo es posible.

En resumen estas promesas de Cristo son:

  • Vida plena y abundante.
  • Paz en la mente y en el corazón.
  • Descanso para el alma.

La única condición para disfrutar de estas promesas e s ir a Cristo.

Nuestra invitación es que entregue su vida al Señor, le deje entrar en su corazón y disfrute de estas grandiosas promesas que Él tiene para usted.

Pastor David Soto Oliva.