
En la Biblia encontramos muchos ejemplos de cómo las personas enfrentaron sus problemas y desafíos. Algunos recurrían a sus propios recursos, a su capacitación, a sus creencias. Pero hay algo que comparten los grandes hombres de Dios: enfrentaban sus problemas y desafíos buscando a Dios. La oración y la humillación era el único recurso al cual ellos recurrían.
Ejemplos hay muchos. Abraham, Moisés, David, Nehemías, Daniel, por nombrar algunos, son personas que en sus momentos más oscuros buscaron a Dios y oraron.
Esta puede parecer una respuesta sencilla, facilista para algunos, pero es la manera bíblica de afrontar situaciones difíciles.
En el 2º libro de Crónicas tenemos el ejemplo de dos reyes, quienes al enfrentarse a un problema de magnitud mayor, hicieron lo mismo: recurrieron a la ayuda de Dios.
Josafat: cuando un enorme ejército amenazó con destruir la nación.
Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al SEÑOR que lo guiara. También ordenó a todos en Judá que ayunaran…
y oró diciendo: «Oh SEÑOR, Dios de nuestros antepasados, sólo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente!.
2 Crónicas 20:3, 6
Ezequías: cuando el rey Senaquerib de Asiria amenazó con invadir Judá:
Entonces el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, clamaron en oración al Dios del cielo. 2 Crónicas 32:20
Cuando llegan los problemas, no debemos incrementar nuestra preocupación, sino nuestra oración.
Otro ejemplo importante lo encontramos en el Nuevo Testamento.
Cuando la iglesia enfrentó la oposición también elevaron sus voces en oración a Dios. Lo interesante es que no pidieron que sus problemas desaparecieran, sino que oraron por valentía para enfrentarlos y continuar con su ministerio de dar a conocer la Palabra de Dios.
Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra.
Hechos 4:29
Buscar a Dios y orar es la respuesta bíblica ante los problemas, dificultades, persecución, enfermedades, etc.
No debemos hacer una estrategia antes de orar. Primero oramos y después planificamos. Primero buscamos a Dios, escuchamos de Él el camino a seguir y después actuamos.
¿Qué hago después de orar?
Confiar en Dios. Él actuará. No debemos retroceder, sino actuar en fe. La búsqueda de Dios y la oración fortalecerán nuestra fe y nuestro espíritu y nos harán salir adelante, incluso a pesar de la prueba. Eso significa fortalecerse en el Señor (Efesios 6:10). Sin esta preparación espiritual sería imposible enfrentar ciertas situaciones de la vida.
Le animo a confiar en el Señor y buscarle en medio de estos tiempos difíciles. Incrementemos nuestra oración y búsqueda de Dios. Por nuestras vidas, familias e iglesia.
Esa es mi oración por usted.
Pastor David Soto Oliva