
Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios… (Hechos 13:36 BAD)
En veinte años de vida Dios nos ha permitido desarrollar una visión cada vez más clara respecto a lo que nuestra iglesia debe hacer en la época en que vivimos. Creo que cada cristiano y cada iglesia local está llamada por Dios a servirle en un área especial que contribuya al avance del Reino de Dios en su propia generación.
En nuestro caso como congregación, hay elementos escenciales de nuestra visión en los que hemos puesto todo nuestro esfuerzo en permanecer fieles a lo largo de los años. Estos elementos son la autoridad de las Escrituras como única regla de fe y práctica para la iglesia cristiana. La fidelidad a Dios como la motivación más grande de la vida. La lealtad a la iglesia como el único interés que debe ocupar la vida del cristiano por sobre la participación en otras instancias que muchas veces entorpecen el servicio a Dios. Y un último elemento sería el discipulado como el proceso a través del cual el Espíritu Santo nos va conformando cada día más a la imagen de Cristo.
Además de estos elementos escenciales, Dios también ha puesto una pasión por la familia y las nuevas generaciones. Creo que es fundamental que la iglesia en esta generación sirva a Dios fomentando el matrimonio, la familia y la crianza de los hijos e hijas en el temor de Dios. Crear para ellos hogares en donde Dios y Su Palabra sean centrales y una comunidad cristiana en donde encuentren una red de apoyo que les ayude a crecer con una fe fuerte y un cristianismo real y militante.
Si somos capaces de unir estos conjuntos de elementos, es decir, la Palabra de Dios, el amor a Dios, la lealtad a la iglesia y la disposición al discipulado, junto al llamado de formar familias temerosas de Dios que críen hijos que amen a Cristo, estoy convencido que habremos hecho un gran aporte al avance del Reino de Dios. Esta será nuestra mayor contribución a nuestra generación.
El tiempo seguirá corriendo y seguiremos cumpliendo años y celebrando aniversarios, y seguiremos creyendo y orando para llevar a cabo esta vocación que Dios puesto en nosotros cada día que pasa con mayor pasión y responsabilidad.
Le doy gracias a Dios por estos veinte años y por los próximos veinte. ¡A Él sea toda la gloria!
David Soto Oliva
Pastor Iglesia Vida y Familia